viernes, 11 de diciembre de 2020

Francisco Umbral

A qué me sabe la vida si no

Es de primavera y verano.

Así está preestablecido,

De tomate y sandía,

De culto a lo lejano, tiempo insidioso

De tormenta y espanto, agárrate firme

o vuela su encanto.


Francisco Umbral, maestro prosético

Audaz literario, genio del tiempo,

Sagaz con café en mano

Tu catedra culta me inspira un tanto

Aprendiz del veintisiete,

Rey en tu parámetro, solista bajo en do sostenido

Melodía y llanto, vieja escuela sabor amargo,

Caminante de asfalto de tertulia y acto.

En el café Gijón sembraste tu vida

Como lo fiel al árbol,

Creciste opaco al perder al hijo

Como el marino a su barco.


Querido Umbral, santo de esparto

Que te agarras a las cunetas, de los caminos

Pues nadie va por ahí pisando

Un malentendido circunstancial

Un promedio desacertado un día de esos

Que hay tantos una chica que te conocía

Te hizo pasar un mal rato

Aunque con simpatía no me cabe la menor duda

De que todo fue un traspiés de eso que se llama 

En directo y de antemano, quiso la presentadora

Probarte

Pues experta en oficio te saco de tu regazo,

Y tu libro vio la luz como el cielo el parto

Y tu década se hizo roja

Y tu corazón un manto.

La celebridad llora tu ausencia

Y  tu hilar fino que es matiz de tu persona y

De tu vida, y a ese niño de derechas

Que con las ninfas aprendió naturaleza

Sin máster ni academia

Solo con el rigor de lo aprendido

Pues España tiene luz y de eso te sobro un rato,

Aunque...

Porque me duele el dolor…

Si la vida son sueños y los sueños,

sueños son.  

👋

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